Para muchos, el misterioso espacio interior de los instrumentos musicales es lugar que siempre ha levantado interés y curiosidad. Sin embargo, nadie había mostrado esas imágenes de una manera tan dramática y espectacular como el pintor surrealista de profesión Adrian Borda con su serie fotográfica experimental Inner Perspective.
Muchas veces hemos visto cómo la imagen de un instrumento musical es utilizada como logotipo, convirtiéndose en un símbolo reconocible en cualquier lugar del mundo, incluso viendo únicamente la silueta o el contorno del instrumento. Esto nos demuestra que, aunque el sentido original de los instrumentos musicales es brindar una serie de sonidos y melodías específicas a todas las personas, muchas veces ignoramos el valor estético que representan estos objetos para la vida. Sin embargo, el pintor surrealista Adrian Borda, nos sorprende con una serie fotográfica que demuestra que aún no todo está visto en este mundo.
Al estar completamente acostumbrados, de la manera en que lo estamos en la actualidad, de ver miles de imágenes al día gracias a los ordenadores y los teléfonos móviles conectados al internet, a las redes sociales, etc. Es de comprender lo difícil que puede resultar poder llegar a sorprendernos por observar la imagen de un instrumento musical como un violoncelo, un violín, una guitarra o, incluso, un instrumento musical que ya de por sí luce hermoso por fuera y que es considerado uno de los instrumentos musicales mundialmente reconocidos: el saxofón.
En el primer instante en que vemos las sugerentes imágenes de Adrian Borda, llama la atención que nos pasa por la cabeza cualquier cosa menos que, lo que estamos viendo, es el interior de un instrumento musical. La primera impresión que nos da es que estamos observando el interior de un palacio de madera, algún templo antiguo o, incluso un brumoso túnel alienígena, destacando gracias a una iluminación suave y muy dramática, la cual entra en escena a través de las aberturas que tienen los instrumentos musicales fotografiados en su caja acústica.
¿Cómo se realizaron estas fotografías?
El autor asegura que los instrumentos que utilizó para llevar a cabo dicha serie fotográfica, estaban completamente inhabilitados por estar totalmente rotos y abiertos, esperando a ser reparados por algún Luthier. Y casualmente muchos de sus amigos se convirtieron en Luthieres, además que su madre trabajó en una fábrica productora de violines en una ciudad rumana llamada Reghin, por lo que, aunque siempre ha estado influenciado por la música desde algún aspecto, nunca aprendió a tocar ningún instrumento musical. Por lo que, aunque no produce música hermosa con ellos, si produce espectaculares imágenes.
El equipo fotográfico que empleó el pintor y fotógrafo rumano fueron dos cámaras Réflex mirrorless Sony de gran calidad, la Nex 6 y la poderosa A 7. Al ver las fotografías, nos podemos dar cuenta que utilizó algún objetivo gran angular y, efectivamente, Adrian asegura haber empleado un objetivo ojo de pez Samyang de 8mm para conseguir estas espectaculares imágenes de un espacio tan pequeño. Por otro lado, para realizar el disparo fotográfico, utilizó una aplicación para disparar desde su teléfono.
Gracias al tamaño compacto de este equipo fotográfico y la forma remota de control que empleó, Adrian consiguió introducir el lente de su cámara por una abertura bastante reducida y realizar la toma cómodamente y poder experimentar desde el exterior con la iluminación, hasta alcanzar la toma perfecta.
¿De dónde tomó la idea el autor?
Para esta espectacular serie fotográfica, Adrian Borda se inspiró del poste de la Orquesta Filarmónica de Berlín, para una campaña que resultó muy atractiva visualmente. Borda no estaba seguro de que lo que estaba viendo en ese poster eran imágenes reales o si eran generadas por ordenador, pero al observar los resultados de las ganas de experimentar de Borda, no hay duda de que el resultado ha sido completamente excepcional.
Es interesante conocer algunos detalles del trabajo de Arian como, por ejemplo, el hecho de que el chelo que fotografió era una pieza napoleónica y se ubicaba en Amiens, Francia, en la casa de un amigo que es director de orquesta. De esta misma forma sucedió con el resto de instrumentos que poco a poco fue retratando hasta conseguir esta serie fotográfica, tomándose el tiempo necesario para realizar cada toma a la perfección.
Borda también ha realizado fotografías desde el interior de un contrabajo un poco viejo que encontró en el taller de reparaciones de un amigo luthier. Dentro de un saxofón, crea un ambiente surrealista y alienígena con un gran toque fantasmagórico. Para Adrian Borda, el mejor saxofón es el que encontró viejo y para reparar, brindándole una fotografía surreal. Esto nos permite recordar el estilo de pintura de Borda, el cual está lleno de misticismo, y oscuridad.
Es importante apreciar como los objetos que tenemos al alcance cada día toman un aspecto especial cuando son observados desde un punto de vista o ángulo diferente. Frecuentemente nos encontramos manipulando distintos objetos para ejecutar alguna tarea, pero es muy extraño que nos detengamos a pensar qué aspecto pueden tener en su interior.
En el caso de los saxofones, los cuales son uno de los instrumentos musicales más reconocibles en cuanto a su sonido y diseño, su aspecto ha tenido tal impacto en nuestra cultura que su aspecto ha sido parte de infinidad de logotipos e imágenes publicitarias y cinematográficas. Sin embargo, nunca nadie se había tomado la molestia de retratar de una forma tan estudiada y metódica, el interior de un saxofón.
Por último, es importante señalar la interesante iniciativa que tuvo Borda al querer fotografiar algo que tan fácilmente puede pasar desapercibido como es el interior de un instrumento musical, sino que también se atrevió a realizar tomas fotografías de distintos objetos como máquinas de escribir, radios y televisores en mal estado y muy antiguos, mostrando un lado estético muy interesante de muchos objetos comunes de la vida diaria.