Stomvi es un taller situado en la ciudad de Valencia, España, donde a juicio de muchos intérpretes y conocedores de música, se fabrican los mejores instrumentos del mundo. Parte del encanto y calidad de sus instrumentos se debe a la mística del fundador, quien siempre busca la perfección con ellos y una fabricación 100% artesanal.
Valencia es la ciudad de España que alberga uno de los mejores talleres donde se crean instrumentos musicales, según afirman gran cantidad de músicos, quienes van a este lugar desde todas partes del mundo a buscar una pieza perfecta con la que puedan tocar las mejores melodías.
Se trata de los instrumentos Stomvi, de modo que si estás en busca de las mejores trompetas del 2020, es posible que muchos sugieran que estos ejemplares son las piezas idóneas que pueden entrar en esta categoría.
Se trata de instrumentos de alta gama y calidad que han sido creados por Vicente Honorato, un valenciano que tiene años buscando la perfección de los sonidos a través de sus instrumentos.
El comienzo de un proyecto
Según relató Honorato, todo comenzó cuando escuchó a María Callas. Al parecer esto fue suficiente para decidirse a emprender su propio taller, en el que fabricaría los mejores instrumentos, con calidad y de alta gama.
El ahora exitoso empresario explicó que comenzó a buscar los sonidos recónditos en la familia de los instrumentos de viento-metal. No solo quería que los equipos produjeran un sonido, sino que hablaran musicalmente.
Bajo esta premisa nació Stomvi, que ya tiene más de 30 años en el mercado dotando a los músicos con instrumentos como trompas, trompetas y trombones. De hecho, es la firma seleccionada de muchas orquestas de renombre mundial como la Orquesta Sinfónica de Londres o la Filarmónica de Los Ángeles y, sin salir de las fronteras, de la Orquesta Nacional de España.
Un gran hito para un pequeño emprendedor que fue escalando poco a poco, pero siempre con un norte claro: la calidad ante todo. Todo esto ha llevado a que en la actualidad tenga una instalación de 2800 metros cuadrados, así como espacios especiales para músicos. Su reconocimiento es tal que hasta la fábrica llegan diariamente solistas que buscan los mejores Stradivarius de metal.
Una familia de músicos
No fue solo escuchar a María Callas lo que motivó a Honorato, ya que realmente este tiene su tradición musical. Aunque no eran músicos profesionales, sus familiares sentían pasión por lo que tocaban y sentían atracción por los instrumentos musicales. Por ejemplo, recuerda que su abuelo tocaba la trompeta, mientras que su padre el clarinete.
Ambos en su momento fueron integrantes de algunas bandas en Valencia y fueron parte del surgimiento de las primeras sociedades interesadas en la música. Muchos en su familia poseen oído musical y son sensibles a las propiedades de sonido que emiten cada uno de los instrumentos.
En su caso, afirmó que es capaz de diferenciar un sonido bueno de uno deficiente. Por ello, se definió como una especie de crítico, así que luego de identificar los fallos de un músico, trabaja junto a él para mejorarlos. Esto ha llevado a que se creen numerosos prototipos de instrumentos y accesorios, que pasan a convertirse después en diseños que integran el catálogo de la empresa.
Con todo ello, la empresa de origen valenciano no sólo ayuda a promover el trabajo musical de los intérpretes, sino que al mismo tiempo está en busca de nuevos panoramas sonoros.
Al respecto, Honorato expresó que para ellos como empresa es un orgullo ser parte de la creación de la música y sonidos innovadores, porque sus instrumentos suelen estimular la creatividad de los artistas, que cuentan con diseños que les permiten extender el repertorio, que hasta la fecha solía ser más limitado.
Una empresa visionaria
Para cuando Stomvi se creó, no había en España ningún fabricante que se dedicara a elaborar este tipo de instrumentos de la familia viento - metal. Para aquel entonces, las trompetas que estaban en España provenían de países como Estados Unidos, Alemania y Francia. Ahora, esta empresa nacional no tiene nada que envidiar a las compañías de antaño, porque figura en las primeras posiciones de todos los rankings de fabricantes. Para la fecha, Stomvi exporta 82% de su producción.
El camino no fue sencillo. Fueron horas, días, semanas y meses de investigación antes de sacar el primer prototipo de instrumento, que fue una trompeta fabricada en el año 84. El proceso fue una experiencia de ensayo y error. Buscaron los defectos en las piezas de la competencia y se plantearon crear algo con mayor calidad. Tras todo esto, fue en los años 90 que la compañía comenzó a tener reconocimiento internacional.
Al día de hoy, esta empresa, que nació como un sueño visionario, tiene una plantilla de 40 trabajadores, entre pulidores, diseñadores, repulsadores y torneros que se encargan de fabricar y dar los toques finales a unos 2.000 instrumentos al año, por lo que llegan a facturar cerca de 1,7 millones de euros.
A pesar de que han ido escalando posiciones, Honorato considera que siguen siendo una empresa familiar que trabaja con una mística 100% artesanal. Por ello, no hay un tiempo establecido para la fabricación de los instrumentos, así que esto varía de acuerdo a las exigencias del pedido.
Por ejemplo, pueden ir desde 30 horas en el caso de una trompeta básica, hasta más de 100 horas para su trompa Titán, que es posible conseguir incluso en tono rosa, debido a una aleación especial del metal que le da este color.
Por su alta calidad y trabajo directo con los músicos, esta compañía española se ha ganado un puesto entre los grandes, contando con el respaldo y respeto de intérpretes de todo el mundo en lo referente a instrumentos de viento - metal, así como de las orquestas y filarmónicas.
Ahora mismo, Stomvi tiene un catálogo de 100 instrumentos, con precios desde los 900 hasta los 9.000 euros. Muchos han llegado a afirmar que estos instrumentos tienen un sonido tan noble que llega a parecer a los emitidos por equipos de cuerda y madera. Esto se debe a un cuidadoso trabajo de ensamblaje, destreza y altos estándares en una creación 100% artesanal que hace que cada pieza sea única.