Última actualización: 15.01.21

 

El arte de tocar el violín es bastante complejo, pues la técnica depende de muchas cosas, como la posición del cuerpo, la inclinación del arco y diversos otros factores. Científicos de la Universidad Pompeu Fabra desarrollaron una inteligencia artificial dedicada a ayudar a aprendices a mejorar esta técnica mediante captura de movimientos.

 

Desde la distancia es posible que parezca fácil tocar el violín, sin embargo, esto está muy lejos de la realidad. Mientras un violinista se encuentra tocando una pieza musical, su interpretación depende de muchas cosas y un fallo en cualquiera de estos aspectos puede desmejorar el resultado final.

Tocar un instrumento, al igual que el canto o cualquier otra muestra artística, es algo que mejora con el tiempo y con la práctica. Por lo tanto, no importa qué tan buen violinista seas, siempre existe la posibilidad de que puedas ser mejor.

Para tener un desempeño superior, no solo se necesita practicar, sino hacerlo de la mejor forma posible. La tecnología ha evolucionado y, afortunadamente, también ha avanzado a pasos agigantados en la escena musical. En la actualidad, la inteligencia artificial está presente de diversas formas y, gracias a ella, es posible mejorar el rendimiento como violinista.

 

 

La captura del movimiento

En los videojuegos es muy famosa la utilización del motion capture, un sistema de captación de movimientos mediante trajes con sensores sobre cada punto de articulación, no obstante, ahora también se empieza a utilizar en el ámbito de la música.

Rafael Ramírez y David Dalmazzo, miembros de la Universidad Pompeu Fabra, específicamente del Music and Machine Learning Lab, han podido captar los gestos, la posición y los movimientos de violinistas profesionales para poder crear un sistema que ayude a los aprendices a mejorar su técnica hasta alcanzar la misma fluidez de músicos expertos.

Al usar este sistema, los estudiantes de violín podrán ver la manera correcta de realizar una interpretación de parte de un violinista profesional y compararse con dichos expertos. De esa manera, se podrá notar la diferencia entre los movimientos, el tiempo y la posición del cuerpo. Además de eso, los aprendices podrán recibir críticas en tiempo real para mejorar y entender exactamente qué están haciendo mal.

Los investigadores han dicho que el sistema se ha ido expandiendo para poder abarcar otros instrumentos musicales y que, adicionalmente, está siendo aplicado en centros de educación musical.

Esta realmente es una tecnología revolucionaria, pues los más jóvenes podrán aprender, desde sus inicios, a imitar a la perfección a los violinistas más destacados del mundo. Los aprendices no copian el arte del músico, sino la técnica precisa para poder desarrollar su propio arte de la mejor forma. De esa manera, mientras aprenden las nociones básicas del violín, se mantendrán estudiando los detalles que a veces pasan desapercibidos, pero que son determinantes en la buena ejecución de una pieza musical.

Si la correcta postura del brazo, la espalda y el movimiento adecuado del arco se vuelven parte del día a día, el cuerpo se acostumbrará a estas acciones, haciendo más sencillo el aprendizaje y asegurando que la buena técnica forme parte del desempeño natural al tocar violín.

 

 

La investigación y tecnología

Este estudio se llevó a cabo dentro del marco investigativo del proyecto TELMI, siglas que hacen referencia a Technology Enhanced Learning of Musical Instrument Performance. Este proyecto se encargó de investigar diferentes modos en los cuales la tecnología puede mejorar el desempeño de los estudiantes en el proceso de aprendizaje musical. Los sensores, los sistemas computacionales y los datos multimodales fueron partícipes de la investigación, como también la inteligencia artificial, que fue la modalidad utilizada por David y Rafael.

La IA creada por ambos investigadores se basó en hacer una clasificación de manera automática de las diferentes técnicas de arco usadas por violinistas, captando sus movimientos. La información de movimiento y audio representativa de siete técnicas de arco fueron grabadas a través de un brazalete de control. De esa manera, se obtuvieron los datos necesarios del movimiento desde el antebrazo derecho y este fue sincronizado con las grabaciones. Los movimientos captados fueron el Staccato, Ricochet, Détaché, Spiccato, Martelé, Bariolage y Sautillé.

Los algoritmos utilizados por este sistema son tan detallados que logran identificar cada una de las siete técnicas utilizadas en cada interpretación de violín con una precisión de hasta el 94%. La tecnología determina cuál es el movimiento que produce un sonido, para poder darle al estudiante una información más útil y completa.

El estudio de los investigadores, publicado en la revista Frontiers in Psychology, se extendió en el desarrollo de los temas del campo emergente del Internet de las Cosas Musicales, junto a la extensión del Internet de Las Cosas. Allí se trataron aspectos sobre cómo los dispositivos móviles, en la actualidad, utilizan tecnología que incluye la utilización de giroscopios, magnetómetros y hasta acelerómetros que trabajan en conjunto con diversos algoritmos de aprendizaje automático. Esta tecnología ha resultado bastante eficaz, proveyendo soluciones correctas y económicas para el adecuado análisis de los movimientos corporales y también de los gestos faciales.

Dicha información también puede ser aplicada en el ámbito musical y es exactamente lo que ambos expertos se encuentran realizando para poder mejorar el rendimiento de estudiantes de la música, ofreciendo apoyo y ayuda para desarrollar de forma efectiva la buena técnica del violín e instando a los jóvenes a concentrarse, no solo en la música, sino en los pequeños detalles que pueden afectar la manera en la que se interpreta la melodía.

Una práctica constante sin saber exactamente qué aspectos deben mejorarse no es del todo efectiva, especialmente para los que no tienen el conocimiento necesario sobre este instrumento. A veces, no depende de adquirir el mejor violín del momento, sino de mejorar las técnicas para que cualquier violín, bajo tus manos, suene como si fuera el modelo más estupendo.

Tecnologías como esta permitirán que el desarrollo de los músicos sea integral y que, además de eso, el aprendizaje musical vaya de la mano de la mejoría en los aspectos técnicos necesarios con mayor rapidez y facilidad.

 

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